Cerebro y rendimiento
Las funciones del cerebro son reguladas por muchas estructuras interconectadas.
Vamos a mencionar las que creemos importante estimular en nuestros entrenamientos cognitivos deportivos:
El Córtex Prefrontal
Es una parte del lóbulo frontal del cerebro humano y está involucrado en funciones cognitivas de alto nivel.
Sus principales funciones incluyen:
1. Toma de decisiones: Evalúa opciones, consecuencias y permite elegir la mejor alternativa.
2. Control de impulsos: Inhibe comportamientos inapropiados o automáticos, permitiendo actuar de forma socialmente aceptable.
3. Planificación y organización: Permite establecer metas, crear planes y anticipar pasos para lograrlos.
4. Memoria de trabajo: Mantiene y manipula información temporalmente (como recordar un número telefónico por unos segundos).
5. Regulación emocional: Ayuda a controlar y modular emociones, manteniendo el equilibrio emocional.
6. Empatía y juicio social: Facilita entender las emociones y perspectivas de otros, y tomar decisiones éticas o morales.
7. Atención y concentración: Dirige la atención hacia lo relevante y filtra distracciones.


Tálamo
Es una estructura del cerebro ubicada en el centro del encéfalo, justo encima del tronco encefálico.
Actúa como una especie de «estación de relevo» o centro de integración.
Sus principales funciones son:
1. Transmisión sensorial. Filtra y dirige casi toda la información sensorial (excepto el olfato) que llega desde el cuerpo hacia la corteza cerebral. Ejemplo: información visual, auditiva, táctil, del dolor, etc.
2. Regulación del estado de conciencia y alerta. Participa en el nivel de vigilia, el sueño y la atención. Ayuda a mantenernos despiertos y atentos o a entrar en estados de sueño profundo.
3. Coordinación motora. Colabora con el cerebelo y los ganglios basales para controlar y coordinar movimientos voluntarios. No genera movimiento, pero ayuda a procesar la información motora antes de que llegue a la corteza.
4. Integración emocional y cognitiva. Está conectado con el sistema límbico, por lo que influye en la respuesta emocional y el procesamiento cognitivo.
5. Participación en la memoria. Algunos núcleos del tálamo se relacionan con la formación y recuperación de recuerdos, especialmente en conexión con el hipocampo y la corteza prefrontal.
Córtex Visual
El Córtex Visual (o corteza visual) es la parte del cerebro encargada de procesar la información visual. Se encuentra en el lóbulo occipital, en la parte posterior del cerebro.
Sus funciones principales son:
1. Procesamiento de estímulos visuales. Recibe información desde los ojos (a través del nervio óptico y el tálamo) y procesa características básicas como: color, forma, movimiento, tamaño, orientación.
2. Reconocimiento de objetos y rostros. Las áreas visuales secundarias (V2, V3, V4, etc.) interpretan los datos básicos y permiten reconocer objetos, letras, caras, etc.
3. Percepción del espacio y profundidad, Ayuda a construir una imagen tridimensional del entorno y entender la ubicación de los objetos.
4. Coordinación ojo-mano. Se conecta con otras áreas motoras y sensoriales para coordinar el movimiento con la visión, por ejemplo, al atrapar una pelota o escribir.
5. Percepción del movimiento. Algunas áreas, como la V5 (MT), son especializadas en detectar y analizar el movimiento de los objetos.


La Amígdala
Es una estructura del sistema límbico, ubicada en lo profundo del lóbulo temporal del cerebro. Tiene un papel clave en el procesamiento de las emociones, especialmente las relacionadas con la supervivencia.
Sus funciones principales son:
1. Procesamiento emocional. Esencial para reconocer, generar y regular emociones como el miedo, la ira, la alegría y la ansiedad. Nos ayuda a responder ante amenazas o situaciones peligrosas.
2. Memoria emocional. Asocia emociones a recuerdos, haciendo que ciertas experiencias (como una situación traumática o placentera) se graben con más fuerza en la memoria.
3. Aprendizaje del miedo. Participa en el condicionamiento del miedo, es decir, en aprender a evitar situaciones que nos causaron daño o peligro.
4. Evaluación de estímulos sociales. Ayuda a interpretar expresiones faciales, tono de voz y gestos, lo que permite comprender las emociones de los demás (empatía).
5. Regulación de la conducta emocional. Influye en nuestras decisiones y conductas, especialmente en contextos cargados emocionalmente (por ejemplo, actuar con cautela o agresividad).
Cíngulo Anterior
El Cíngulo Anterior (o corteza cingulada anterior, CCA) es una parte del sistema límbico ubicada en la parte frontal del giro del cíngulo, justo encima del cuerpo calloso.
Tiene funciones clave en la integración entre emociones, cognición y comportamiento.
Sus funciones principales son:
1. Regulación emocional. Ayuda a controlar las emociones y a responder de forma apropiada ante ellas. Participa en el manejo del estrés, la ansiedad y la tristeza.
2. Toma de decisiones. Evalúa consecuencias emocionales de las decisiones, especialmente en situaciones con conflicto o incertidumbre. Ayuda a elegir entre opciones cuando hay que tomar decisiones difíciles.
3. Detección de errores y control cognitivo. Esencial para detectar errores, conflictos en la información o discrepancias en lo que se espera vs. lo que ocurre. Permite ajustar la conducta, por ejemplo, cambiar de estrategia si algo no está funcionando.
4. Atención y enfoque. Interviene en la atención sostenida y selectiva, ayudando a concentrarse en tareas relevantes y filtrar distracciones.
5. Experiencia del dolor (físico y emocional). Participa en la percepción del dolor, tanto físico como social (por ejemplo, el “dolor” de una pérdida o rechazo).


Ganglios Basales
Son un conjunto de estructuras profundas del cerebro que se encargan de funciones fundamentales relacionadas principalmente con el movimiento, aunque también influyen en aspectos cognitivos y emocionales.
Sus principales funciones son:
1. Control y regulación del movimiento. Ayudan a iniciar, planificar y ejecutar movimientos voluntarios suaves y coordinados. Suprimen movimientos involuntarios o innecesarios.
2. Automatización de movimientos. Participan en el aprendizaje y ejecución de hábitos motores automáticos, como montar en bici, escribir o atarse los zapatos.
3. Regulación del tono muscular y la postura. Ayudan a mantener el tono muscular adecuado y una postura estable durante el movimiento.
4. Participación en funciones cognitivas. Interactúan con el córtex prefrontal, influyendo en la toma de decisiones, planificación y funciones ejecutivas.
5. Implicación en el sistema de recompensa y motivación. Están conectados con áreas del sistema límbico, participando en procesos de motivación, refuerzo y toma de decisiones emocionales.

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